jueves, 24 de septiembre de 2009

Descripción del Traversitario.

El nombre "Traversitario" surge de la superposición de dos planos físicos sobre un vehículo que sirve de transporte universitario. Observando fijamente el letrero que indica unívocamente "Transporte", se puede ver la copulación con la palabra "Universitario". Lo anterior nos ubica, inevitablemente, en una historia de amoríos entre vocablos, de mezcla de fluidos sintácticos.
Lo importante no es la mezcla sino lo que ellos refieren, pues no es lo mismo hablar de un transporte universitario ni de un mero transporte pues, el "Traversitario", es un peculiar vehículo, en el cual, también, se imbrican, en su interior, los volúmenes físicos de personas particulares; desde las más enclenques hasta las más "pesadas" (estudiantes de Comunicación, Administración, Finanzas, Ciencias Políticas, etc.), y también, se mezclan los gases, producto de un sinnúmero de orígenes somáticos, lo cual produce a su vez, un ambiente inexplicable que se desborda a través de esa acción, ese coito, entre "Transporte" y "Universitario".
Es difícil describir los aspectos técnicos que constituyen al "Traversitario", pero, entre algunas de sus propiedades encontramos: Velocidad promedio de 80 kilómetros por hora, en zonas con límite de 60, llantas lisas que no se adhieren al asfalto, motor al cual no se le ha hecho el servicio en dos años, asientos de tapicería hedionda y carcomida (por los mismos gases extraños), puertas oxidadas que apenas cierran con la fuerza aplicada de un buey, etcétera, etcétera.

Si por algún motivo la aventura es de su agrado, por favor venga y aborde el "Traversitario". Puede ser que la cópula de usted y él se manifiesten de una manera distinta y, usted, termine diciendo que el "Traversitario" es una necesidad nefasta, pero al fin necesaria. Un método para llegar de A a B. Un puro acuerdo entre dos instancias, el pasajero y el chofer. Una manera de ver el mundo a través de una palabra andrógina: "Traversitario".

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