lunes, 31 de enero de 2011


Tómenla PUERCAS!!!!!

domingo, 11 de abril de 2010

La culpa la tienen los niños (también su culito...)


Ya estaba cansado una madrugada y exploraba la página del diario el país cuando de repente me topé con esta basura: "El obispo de Tenerife afirma que algunos menores incitan al abuso sexual". Primero dije !Qué chingados! Pero estaba en el error ¡Oh Dios Mío! Es cierto que los niños provocan a los padres, cómo no pude verlo antes. Por ejemplo -y ahí bien monseñor Sugar Daddy Tenerife- cuando un niño viste pantalones pegaditos cuando hace deporte ¿Cómo no tener una erección? O cuando un pequeñuelo tiene una erección durante la noche ¿Cómo no querer pegarle un blow? ......................................................................................................................................................................................................................
NO ME CHINGUEN LAS PELOTAS PINCHES PADRECITOS. PRIMERO QUIEREN COGERSE NIÑOS Y AHORA DICEN QUE ELLOS LOS PROVOCAN... NO MAMEN. Primero, qué de excitante encuentran en un niño. Segundo, ES ILEGAL y ustedes son ciudadanos. Si van a seguir mamando mejor mátense o pronto, y en cuanto sepa, yo me encargaré de denunciarlos y pedirles a las "travas" de la cárcel que les metan un crucifijo caliente por el ano y luego se los den entre todos. A ver si encuentran provocación en unas vergas de verdad y les excita que los violen. Paguen en vida, ni el cielo ni el infierno existen. PINCHES INCONGRUENTES.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Descripción del Traversitario.

El nombre "Traversitario" surge de la superposición de dos planos físicos sobre un vehículo que sirve de transporte universitario. Observando fijamente el letrero que indica unívocamente "Transporte", se puede ver la copulación con la palabra "Universitario". Lo anterior nos ubica, inevitablemente, en una historia de amoríos entre vocablos, de mezcla de fluidos sintácticos.
Lo importante no es la mezcla sino lo que ellos refieren, pues no es lo mismo hablar de un transporte universitario ni de un mero transporte pues, el "Traversitario", es un peculiar vehículo, en el cual, también, se imbrican, en su interior, los volúmenes físicos de personas particulares; desde las más enclenques hasta las más "pesadas" (estudiantes de Comunicación, Administración, Finanzas, Ciencias Políticas, etc.), y también, se mezclan los gases, producto de un sinnúmero de orígenes somáticos, lo cual produce a su vez, un ambiente inexplicable que se desborda a través de esa acción, ese coito, entre "Transporte" y "Universitario".
Es difícil describir los aspectos técnicos que constituyen al "Traversitario", pero, entre algunas de sus propiedades encontramos: Velocidad promedio de 80 kilómetros por hora, en zonas con límite de 60, llantas lisas que no se adhieren al asfalto, motor al cual no se le ha hecho el servicio en dos años, asientos de tapicería hedionda y carcomida (por los mismos gases extraños), puertas oxidadas que apenas cierran con la fuerza aplicada de un buey, etcétera, etcétera.

Si por algún motivo la aventura es de su agrado, por favor venga y aborde el "Traversitario". Puede ser que la cópula de usted y él se manifiesten de una manera distinta y, usted, termine diciendo que el "Traversitario" es una necesidad nefasta, pero al fin necesaria. Un método para llegar de A a B. Un puro acuerdo entre dos instancias, el pasajero y el chofer. Una manera de ver el mundo a través de una palabra andrógina: "Traversitario".

lunes, 21 de septiembre de 2009

Dejé el coche en López Mateos Por Frnando Hra-García

Lamentable la pérdida del auto de Mauricio, compañero de clase de Discurso Visual. CRÓNICA:
De su propia voz escuchamos: "Salí de la clase del Chilacas, como a las 11, veníamos de tomar las fotos con Mariana. Luego me dijo, me dejas en Vallarta y ahí yo tomo el Cardenal. Se me hizo fácil. Le di para Vallarta y la dejé. Vi un Soriana. Pues entré y dejé el coche en López Mateos. Cuando salí no estaba. Te juro que aquí lo dejé". Pregunté si estaba asegurado. No, claro que no, no estaba. Se fueron en la guantera los dos lentes 5 x que me prestaste, me dijo.

- No chingues, pinche Mauricios, guey.
- No chingues tú. Iban mis boletos de Kings of Leon.
- No te pases de verga, ¿neta?
- Sí, guey, no es mamada.
- Estás bien pendejo Mauricio.
- Sí pues.

Cuando le contamos a Mariana, se quedó pensativa y le dijo a Mauricio: "estás bien pendejo, guey, no manches".

jueves, 9 de abril de 2009

Estamos muertos.

Desde hace tiempo me di cuenta de que todos estábamos muertos. Los detalles sobre aquella muerte, la nuestra, son innecesarios. Algunos moriremos de cáncer, otros en un accidente automovilístico, otros por un balazo en la maceta; como sea todos estaremos en un panteón o en una urna. Sepultados.
¿Pero qué pasará cuando la misma muerte, la propia, se vuelva una muerte colectiva?
Imaginemos una comunidad de hormigas. Todo funciona bien mientras se mantenga el orden, la jerarquía, entre reina y obreras. La comida (insectos, cereal, azúcar) llega a las bodegas; la almacenamos. Después, en algún momento, ya es demasiada, nos ahogamos en ella, dentro de ella; el alimento nos atasca el vientre, los nutrientes, que eran necesarios antes, nos pesan en el lomo.
Es en ese instante que nos damos cuenta de que vamos a morir. El grupo "hormiguno" se da cuenta de que vendrá la tormenta. La tempestad implacable arroya al grupo, lo lleva hasta el cauce de un río interminable que lo une con los movimientos hidráulicos, y después, con el océano. ¿Qué pasa cuando estamos destinados a que la ceniza nos arrastre también como especie por el abismal tiempo y espacio? ¿Seguimos teniendo sentido? ¿Hay algo que valga la pena?
La vida, la propia, en común con los que nos rodean, es el único sentido, la única salida. A vivir el mundo y dejarnos de mamadas. Ayudar, chingar o valer verga... eso da lo mismo. El polvo comunal de tantos cementerios estará allí, como polvo de estrellas que una vez fuimos. El único horizonte: el olvido. El único resultado: Esto, hoy, este instante, este momento. Hoy, no mañana.

jueves, 11 de diciembre de 2008

FIL 2008: GOLPE A GRUPO PRISA. Por Frnando Hra-García

En la pasada Feria de libro de Guadalajara, llevada a cabo del 28 de noviembre al 4 de diciembre del presente año, me robé 5 libros. Fue un a experiencia riquísima en emociones. No había sentido nunca lo que se siente robar, pero no se siente tan mal, mucho menos cuando la editorial a la que le robas pertenece al segundo conglomerado de medios más podero$o de América Latina.
Comencé robándome Rayuela, de Julio Cortázar; después metí a mi bolsa Factotum, de Bukowsky; Florencia y Ruiseñor, de Bárbara Jacobs; y el más nuevo libro de Alberto Ryu Sánchez, la mano del fuego. El monto total del atraco ascendía los setecientos pesos. Por supuesto que prefiero gastármelos en otras editoriales. Creo que nunca he pagado más de doscientos cincuenta pesos por un libro (Precio de la mano del fuego), ni lo haré, mejor me los chingo, pensé. A eso nos orillan con esos precios, bazofias. Si tuviera la oportunidad de volver a robárles lo volvería a hacer.
A veces me he puesto a pensar a quién más le robaría. Le robaría a Carlos Slim, a Donatella Versace, a Oprah, a Tony Kamo, al perro Bermúdez, a Santiago Creel y a Peña Nieto. A este último le robaría más que a los otros, porque tiene hijos que oscilan entre los 10 y los 14, entonces seguramente tendrán xbox360 y no he comprado el FIFA 2009.
Los convoco al hurto, lectores. Los convoco al hurto como única respuesta eficaz a los disparados precios bíblicos. No puedo esperar la del 2009. Espero no ser pillado y consignado, de ser así, que Dios me ampare.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Mi experiencia en la reciente Feria Internacional del Libro, mis investigaciones y mis inevitables burlas...Por Pedro Gándara Báez.


Sí que fui a la FIL muchachos. Un ambiente inigualable, tan lleno de conocimiento, autores, genios, estrofas poéticas hermosas y libros de alta calidad, no podían ser pasados de largo. Leí en el diario que la capacidad ascendia a las miles de personas, que seguramente, llegarían y, en promedio, comprarían dos libros ¡Ah! qué pueblo tan culto el de Guadalajara y alrededores.

Pero ¿Cuál es la realidad que gira entorno a dicho evento? Trataré de describir mi experiencia.

Primero, llegué y pagué mis respectivos 15 pesos a la entrada. Ya desde afuera había notado a cientos de escolares, probablemente cursantes de secundaria, ingresando en filas de olores agrios y hormonas exacerbadas. Todos gritaban y me interrumpían. Avancé rápidamente para evadirlos y me topé de frente nada más y nada menos que con Carlos Fuentes. Yo lo reconocí de inmediato pero no hice nada (no soy una persoana que coleccione autógrafos o mucho menos). Sin embargo y de repente, una bola de gorilones, sus "guaruras", em empujan y me quitan del lado. ¡Pinche Carlos! Caíste de mi pedastal, yo ni quería hacerte nada, si al caso verte. Pfffttt...

Después de mi descepción me fui directo a mi editorial favorita: Siruela. Esta editorial tiene el más amplio contenido de materiales filosóficos poco fáciles de conseguir. Revisé los precios y.... SAS 405 pesos por un librito de 211 páginas... Qué mierda! de qué se trata esto, me dije... Busqué y busqué y todos costaban arriba de 300 pesos... Pero, estudio filosofía, quiero conocimiento y ¡no puedo pagar tanto!
Al parecer a nadie le importaba. De hecho, escuché a una señora que decía: "Ay mira que bonitas portadas, yo creo me lo llevo para mi casa"... O sea que el libro que probablemente me serviría para pulir mis habilidades filosóficas iba a caer en una estantería, con fines estéticos, y muy probablemente, no sería abierto jamás... Maldita mierda... Les digo compañeros...

Pero bueno, por fin llegué a un volúmen interesante: La colección de cuentos de Cortázar. Lo tomé... Ciento cincuenta pesos no se me hizo mucho. Me enfile a la caja, pero ¡Oh sorpresa! Los escolares iban a comprar un libro FA-BU-LO-SO: "KIUBOLE CON... EL SEXO". Tendría que esperar como 15 minutos viendo como las futuras generaciones se embrutecían más y más con la mierda de siempre. Se hubieran quedado en casa a ver televisión, es lo mismo que leer a Jordi Rosado, digo, ¿al cabo ahí sale no?

En fin... Próxima vez que quieran ir a la FIL, prepárense. Lléven aromatizante para combatir a los pubertos, lleven unos tapones para los oídos y así eviten los comentarios estúpidos y recomendaciones sobre libros aún más pendejos. No haría mal que llevaran también unos binoculares para que vean a sus autores favoritos desde lejos para que no reciban empujones de primates. Y si tienen dinero como para comprar libros, no vayan a la FIL, mejor láncense a Chapultepec, ahí las librerías están más baratas y no están retacadas de PURA MIERDA...

Sin más comentarios, me despido:
Su amigo: El "Gándaras"